Ser uno mismo

Ser uno mismo es una tarea difícil. Requiere atención plena, introspección permanente, y sobre todo, una voluntad a prueba de embestidas.

Para ser uno mismo, antes que nada, debemos dejar de ser otros. Y ser otros, en muchas ocasiones, es una tarea que nos resulta placentera, o mejor dicho: cómoda. Por esto, dejar de ser otros, es algo que nos cuesta.

Ser uno mismo demanda coraje. Coraje para ser partes de nosotros que no nos fascinan. Coraje para equivocarnos, ajustar y seguir adelante.

Pero, y he aquí lo paradójico del asunto: ser uno mismo es liberador, es grato al espíritu, y es la única manera que tenemos los hombres de ser realmente hombres.

Deja un comentario